mi soledad me decía
que la abrigue y que la abraze
pero yo le escupía
y la hacía desdichada
ella sola deslizandose
en brazos de otras gentes
me rogaba que regrese
pero yo desaparecía
no tenía más defensas
que el recuerdo de mi presencia,
yo huía de su sombra
y ella no quería otra